jueves, 2 de julio de 2009

La comida, el chupón Mexicano.

Es realmente alarmante escuchar casi a diario las estadísticas de obesidad en los niños y en los adultos y los número de enfermedades ligadas a ello como la diabetes y la hipertensión. Y es que si somos adultos obesos, muy probablemente tendremos hijos con problemas de obesidad.
Entre los debates de que si es por un gen, que si es por desequilibrio hormonal, por estrés o bien por un mal hábito alimenticio de años atrás, en la mayoría de los casos podemos hacer algo al respecto para combatirla y evitarla. El fomentar hábitos alimenticios sanos y no me refiero a dietas, es un factor de lucha importantísimo contra la obesidad y por ende contra sus enfermedades, comenzar este hábito desde niños es primordial para nuevas generaciones menos enfermas. Y es que en un descuido adquirimos como padres "mañas" para que nuestros vástagos no den guerra o nos dejen hacer las cosas.
En los pocos años como madre, unos tantos como hermana mayor y algunos otros como tía "tía postiza" me he percatado de ciertas costumbres en las que caen las mamás en su generalidad. Muchas de ellas realmente no tienen deseos de educar y dedicar tiempo a sus hijos pese a que lo tienen y tienen la fortuna de no "tener" que trabajar para poder llevar a casa lo indispensable.
Les desespera la actividad normal del hijo, las preguntas de cualquier tipo, el pedir tal o cual cosa, en pocas palabras la indagación propia de su edad, y claro llega el momento en donde sin darse cuenta hacen de su mejor aliado ya no al típico chupón, si no a la Sra. galleta, que en el mejor de los casos es la María, pero además se auxilian de la papita salada y grasosa o de la paleta o del chilito Lucas. Por aquí el niño pide, pregunta o llora, no hay otra opción, como premio de perico le es sumergido en su boca la deliciosa galleta, antes de poder emitir un sonido mas.
El niño fastidiado de tanta galleta o "premio" escupe cual velocidad de lengua de rana la comida dando un grito de "basta" y es ahí cuando es interesante ver las caras de las mamás preguntándose "...y ahora que más le doy?...".....¿qué les parece...tiempo...?
Creo que con esto estamos generando una ansiedad al pequeño hacia ciertas circunstancias, enseñándole a que en momentos similares satisfaga el sentir llevándose comida a la boca. Entonces nos preguntamos luego porque nuestros hijos tienen sobre peso o porque ya jóvenes tienen enfermedades propias de los 60 años.
Hemos reemplazado la atención real y el interés nato de pasar tiempo con los hijos, de ver que es lo que es lo que están solicitando o les inquieta, a donde quieren ir, que quieren decir, o tocar, es por estas inquietudes que acuden a nosotras, y luego a quién mas?.
No nos desesperemos, uno no tiene idea de lo que ellos nos pueden enseñar hasta que los escuchas y al hacerlo sabrán que cuentan con nosotros y más en las etapas más difíciles de ellos como la pre-adolescencia y la adolescencia.

No llevemos galletas, paletas, papas o jugos, evitemos la tentación de usarlos de esa forma. Echemos a nuestro bolso una manzana o agua y acudir a estas no como opción para callarlos o reprimirlos. Que dan guerra? si dan guerra y mucha, que nos fastidiamos, pues si a veces es complicado tener paciencia las 24 hrs del día los 365 días del año, pero ánimo, que sí se puede.